miércoles, 26 de junio de 2024

Fuego y Seda

 



En la penumbra, tus ojos me desnudan, 

tu mirada, un lazo de fuego y ternura, 

tus manos, maestros que con arte se mudan, 

por mi piel, creando una sinfonía pura.

Tus besos, incendios que recorren mis venas, 

despiertan mi ser, me llenan de ansias, y en esta danza de fuego 

y cadenas, nos perdemos en un mar de fragancias.

Dejando deslizar tu piel en la seda, 

De mi fuego llegando suave y envuelta,

Orgasmos de vida, seda de nieblas,

Por Juan Camilo Rodríguez

El Abrazo del Deseo..

 





Entre sábanas de seda, nuestros cuerpos se encuentran, 

tus manos dibujan deseos en mi piel, 

cada caricia, un susurro que alimenta, 

la llama de este amor que sabe a miel.

Nos perdemos en la pasión desenfrenada, 

tus labios devoran mi esencia, mi ser, y en este abrazo, mi alma es liberada, 

atrapada en el éxtasis de tu querer.


Juan Camilo Rodríguez


Susurros de Luna....

 





Bajo la luna llena, nuestros cuerpos, 

bailan una danza de seducción, 

cada caricia, un poema sin versos, 

cada beso, una nueva canción.

Tus labios en mi cuello, un fuego eterno, 

que quema mi piel con dulce fervor, y en tus brazos,

 mi mundo se torna tierno, perdida en el abismo de tu amor.

Dejame perderme en la locura de la luna, 

Y comernos sin control, en el desenfreno de nuestra alocada pasión,,, 



Por Juan Camilo Rodríguez⁂ 

Noche de Fuego...


 

Tus ojos, estrellas en la noche oscura, 

brillan con un deseo que arde lento, 

mientras tus dedos, con delicada bravura, exploran mi piel, mi más íntimo aliento.

Nos fundimos en un mar de sensaciones, 

En un mar de fuegos, 

olas de pasión que nos envuelven, 

y en el clímax de nuestras emociones,

los gemidos de placer nos resuelven.

El fuego devora cada poro, 

Cada poro pide ser besado, 

Cada curva quemada, 

Cada espacio penetrado, 

Sin miedos o temores,

solo rodeados del fuego que nos consume...

Por Juan Camilo Rodriguez

Éxtasis en Silencio...

 




En la penumbra de la noche, tus labios, se posan en mi piel como una brisa, 

susurrando promesas, secretos callados, despiertan en mi cuerpo una dulce risa.

Tus manos recorren caminos prohibidos, 

trazando rutas de deseo y fuego, 

y en cada roce, mis suspiros perdidos, 

se encuentran contigo en un juego ciego

Tus senos susurran mis labios,

Tu ombligo susurra mi lengua

Tu sexo susurra olas de placer para mi boca, 

Silencios que llaman nuestros cuerpos, 

A fusionarse en el fuego de nuestra pasión,  

Por Juan Camilo Rodriguez


Susurros de Medianoche...

 


En la penumbra de la noche, tus ojos, faro de deseo, me guían sin prisa, mientras tus labios, cómplices de fuego, dibujan senderos en mi piel con brisa.

Navego las olas de tus curvas, dejando en pasión mi barco fluir hasta el final. 

Tus manos, diosas del arte y el misterio, exploran territorios aún sin nombre, despiertan en mi santuario, y te conviertes en mi diosa y mujer.

Cierro los ojos, me dejo llevar, por tus caricias, por tu devoción, mientras el mundo fuera deja de girar, y sólo existimos en esta canción.

En la danza de nuestros cuerpos, latidos, tus susurros se vuelven mi anhelo, uniendo almas en un solo gemido, fundiéndonos en un sublime cielo.

Cada beso tuyo, promesa ardiente, cada roce, un pacto de placer, y en este instante, eternamente, somos uno, en nuestro amanecer.

Tus palabras en mi oído susurrando gemidos me dejan ver en mi piel erizada el destino a la tormenta que lentamente derraman nuestros besos en el sentido del no sentido.....


Por Juan Camilo Rodriguez

Expectativas...





Cuando iniciamos por las expectativas ajenas de querer cambiar a las personas, 

para q sean lo q mi Ego quiere, entonces perdemos el control, que el ego nos hace aparentar, 

no se trata de moldear a los demás, se trata de dejarlos encajar como son, 

no se trata de amor por los otros, se trata de amor propio, 

aceptación de lo que somos, para así poder aceptar a los demás, 

la seguridad q el mundo se ajustara a mi, es la inseguridad propia, 

de no haber podido ajustarte a lo que realmente eres, 

no vivas del cambio ajeno, del placer para el otro, de la felicidad ajena, 

vive de tu ser real...


Por Juan Camilo Rodriguez

lunes, 24 de junio de 2024

Reencarnando mi existir…


Muchas Vidas, Muchas Marcas, todas contenidas en un espíritu Creador,
  sufrimientos, 

alegrías, muertes, vividas en la enciclopedia de nuestra reencarnación,  en consciencia cada 

marca en mi piel, es una marca de mis vidas, Sioux, Mayas, Celtas, Egipcios, se manifiestan en 

mi actual ser,  terrícolas no terrícolas, enaltezco su presencia en este corto paso de vida que 

sera capitulo en las próximas que vengan, somos trascendentes e interactúamos   en una sola 

energía, que nos unifica en la sabiduría del Universo….Nos volveremos a ver  

Por Juan Camilo Rodriguez

Emprender en Sueños…



Emprender no es fácil pero ser empleado tampoco lo es…

los sueños solemos ponerles el techo “no tengo dinero” y hasta ahi llegamos…

vivimos para trabajar, trabajamos para pagar y así limitar sueños o perder ilusiones….

Si tu mente dice “No tengo dinero”….


Pregúntale como generar mas Dinero y no menos sueños…


Por Juan Camilo Rodriguez

Rebaño en mi existencia…


Me siento solo, Sin poder Contarlo, Sin Poder Vivirlo, esclavo de la Verdad, Solo preso del rebaño, Sin poder despertar pero tampoco compartir el despertar, Sin reconocer el espejo, Sin poder salir del corral, esclavos de los sentidos, solo viendo lo q quieran q vea, Nos dan la fe que los alimenta, las emociones que los llenan, se alimentan del sentir del rebaño, impulsados por el pastor, por los q ya pactaron con los habitantes o seres de afuera, Dios! Iglesia! Creencia! Rebaño en mi existencia…


Juan Camilo Rodriguez

Rimas de soledad…




Tristeza en soledad,

Soledad en encuentro,

Encuentro en la mente,

Mente sin presentes,


Presentes en Mi,


Mi mayor miedo,


Miedo a vivir,


Vivir al despertar,


Despertar del rebaño,


Rebaño de circular al caminar,


Caminar en lo mismo,


Mismo en prevalecer la conciencia,


Conciencia de soledad,


Soledad q envuelve mi compañía,


Compañía en mi propia sinfonia…


Juan Camilo Rodriguez


Vida en Círculos…

 

La vida es un Parpadeo….

Que gastamos en producir dinero….

Pero no consumimos nuestros  deseos, fantasias y anhelos….

Por el precio, Por Penas, Por creencias o Vergüenzas,

Cruzamos las edades por decenas, asustándonos el no haber vivido  sino solo sobrevivido…

20, 30, 40, 50, 60, 70, imparable e incontable el tiempo del no tiempo…

Donde aprendimos a olvidarnos, de orgasmos incluso de nuestro propio fuego….

El trabajo, el empleo, el enfoque en lo terreno…

Piloto automático que repetimos cada sol cada cielo, es solo un espejo a lo monótono a lo pendejo…

Este pequeño momento q se apaga entre menos intentos, deja de existir en cada uno de tus no puedo…..

Apariencias, likes, seguidores pero poca elocuencia, de vivir la vida mas allá del momento…

Solo podemos decir intenta vivir VIVIENDO! 


Juan Camilo Rodriguez 

martes, 9 de abril de 2024

EN LA VIDA…


Recuerda todo en la vida pasa por alguna razón …


Buenos días te dicen que la vida es maravillosa…


Malos días te dicen que hay mas q aprender de la vida…


Buenas personas te darán recuerdos memorables….


Malas personas te dejaran lecciones memorables….


Por eso cree que todo en la vida pasa por alguna razón …

DETRAS DE…..




Detrás de su reflejo de señora,
Escondía sus demonios mas oscuros,
Detrás de sus razones mas profundas,
Escondía su magia mas pura,
Detrás de su refugiada mirada,
Escondía el fuego de su pasión,    
Detrás de sus pasados mas dolorosos,
Escondía el renacer de su semilla,
Detrás de una indoblegable fortaleza de Guerrera,
Escondía su fragilidad de niña,
Detrás de orgasmos regalados en Monotonías de parejas,
Escondía su verdadero fuego que carcomía,
Detrás de su fuerza de locomotora,
Esperaba un abrazo que la dejara descansar su empujar,
Detrás de ese avatar habitaba el ser que aun en ocultar cada amanecer dejaba escapar…

EL FUEGO TRANSMUTA EN PASION




Todo el fuego transmuta  en pasión.

Metamorfosis en tu cuerpo, 

Fuego en las entrañas a renacer,

 ¡Luz es sola! Mira cuán puro se alza hasta lamer los cielos, mientras las aves todas por él vuelan. ¡No abrasa! ¿Y el hombre? Nunca. Libre todavia de ti, humano, está ese fuego. Luz es, está ese fuego. Luz es, luz inocente. Quema hasta los huesos, que tu mirada haga cenizas, Que tu pasion arda hasta desvanecerlas,

En tus demonios arde hasta el control perder, 

Fuego, Guardian, humano en el   Coexistir,

Niegate y deja extinguir  o Arde y comienza a vivir…

Como fiera zigzagueante....


En la sombra de su celda, zigzagueaba feroz,
Atrapada en los barrotes de la razón, sin voz,
En su jaula solitaria, sin espacio, sin calor,
Rodeada de temor, su pasión se apagó.

Su energía, como fuego, en silencio se quedó,
Su vientre ardiendo en llamas, que el tiempo no calmó,
Pero un día, de su jaula, con fuerza se escapó,
Devorando sus refugios, su dolor confrontó.

Su mente le exigía un espacio sin rigor,
Pero sus cadenas al amor la llenaron de temor,
Con su mirada ardiente, como fuego que devora,
Sus caderas saltaron en un vaivén que enamora.

Seduciendo sin reproches, su vergüenza terminó,
Y su alma, desnuda, al fin se liberó,
De los barrotes que su sexualidad frustraron,
Ese día su ser entero, en libertad hallaron.

En besos se envolvió, cada sombra recorrió,
Con su lengua dibujó deseos que escondió,
Cada tacto, cada espacio, su piel reveló,
Embriagada de deseo, su pasión se desbordó.

Sus orgasmos se dibujaron en los labios de su amor,
Y su jaula, por siempre, ese día abandonó.
Liberada, en sus brazos, su esencia se entregó,
Y en la pasión compartida, su alma resplandeció.


Por: Juan Camilo Rodriguez .·.

martes, 2 de enero de 2024

Vivir sin Esperar.....


Vivir sin expectativas es como soltar el timón en medio del océano, dejando que las olas te arrullen y te lleven sin una dirección fija. Es aprender a abrazar la soledad, esa que a veces se siente como un peso, pero que, al final del día, se convierte en tu compañera más leal. Es como despojarse de todo lo innecesario y viajar más ligero, sin cargas, sin promesas que cumplir, solo tú y el vasto horizonte.

Cuando no fijas un camino, el destino se convierte en una sorpresa, una revelación. Y en ese viaje, sientes más profundo, vives más intenso. Las palabras pierden su urgencia, y en su lugar, los silencios cobran un nuevo significado, uno que habla más que mil frases vacías. Es dejar de buscar afuera lo que siempre ha estado dentro de ti, donde reside la verdadera esencia de quien eres.

Vivir sin expectativas es poder dar sin reservas, sin esperar nada a cambio, sabiendo que la pasión no necesita recompensa, sino simplemente ser. Es amarse a uno mismo sin caer en la trampa del ego, es conocer la diferencia entre el amor propio y la arrogancia. Es encontrar en la soledad una compañía, donde los orgasmos son mutuos, aunque sean de cuerpo y alma, aunque estés solo en la habitación, en la oscuridad, en el silencio.

Es dejar que las llamas ardan dentro de ti sin preocuparte por si los demás verán el fuego o no. Es vivir intensamente, sin miedos, sin la necesidad de que alguien más valide tu existencia. Porque al final, vivir sin expectativas es superar esos miedos que siempre han estado ahí, acechando, esperando el momento de atacar. Es enfrentarlos antes del último aliento, sabiendo que has vivido plenamente, sin esperar nada de la vida, solo dejando que cada instante sea lo que es: un regalo



Por: Juan Camilo Rodriguez .·.

miércoles, 26 de mayo de 2021

La sombra que el destino permitio....



¿Qué es la vida? me pregunto, mientras el viento sopla suavemente, llevándose consigo los ecos de un día que ya no es. ¿Es destino, es miedo, es amor? A veces siento que la vida no es más que una mezcla de todas estas cosas, un torbellino de emociones y experiencias que nos arrastran, nos moldean, nos dejan marcas profundas. Pero entonces, ¿qué es el tiempo? ¿Es acaso el pasado que se aferra, el presente que se desvanece, o un futuro que nunca parece tomar forma? Tal vez el tiempo sea simplemente eso: pasados latentes, presentes ausentes, futuros inconsistentes. Una ilusión, una constante lucha por comprender lo que se escapa entre nuestros dedos.

Y el amor, ¿qué es el amor? A veces creo que es olvido, otras veces rutina, quizás compañía... o tal vez sea la vida misma, con sus altibajos, con sus promesas y decepciones, con su capacidad de sanar y destruir. Es un enigma que nunca dejo de cuestionar, que siempre me desafía.

Ella levantó la mirada, su brillo tenue aún reflejando el peso de un presente que se siente como una carga. Pero en sus ojos había suspiros de lo ausente, de lo que se ha ido y no volverá. Estaba llena de olvidos, olvidos de sí misma, aún marchita de dolor, como una flor que ha visto demasiadas tormentas. Sus pensamientos volvían una y otra vez al pasado, preguntándose qué sucedió, cómo todo cambió tan rápido. Era como si su corazón estuviera congelado en esos momentos de dolor, incapaz de recordar cómo se siente el amor.

Intentaba deshojar esos recuerdos, uno por uno, como se deshoja una rosa de pétalos marchitos, tratando de limpiar su alma, de encontrar un destello de luz en esos refugios de sequía y desamor que la habían marcado. Y fue entonces cuando, en medio de su dolor, encontró una flor. Una flor hermosa, asustada como ella, con un temor profundo. Pero algo la impulsó a acercarse, a tocar esa mejilla con suavidad, a liberar esos cabellos que caían sobre su rostro. En ese simple gesto, reconoció la belleza que la rodeaba, una belleza que había estado allí todo el tiempo, oculta, esperando a ser descubierta.

Tal vez ese encuentro era prohibido, tal vez estaba destinado a permanecer escondido, pero sucedió. Sucedió cuando menos lo esperaba, cuando aún no veía un camino claro, cuando el destino, en su misteriosa forma, lo permitió. Y en ese instante, algo dentro de ella comenzó a sanar, a florecer de nuevo, recordándole que, aunque la vida, el tiempo y el amor sean enigmas sin resolver, siempre habrá espacio para la belleza, para la esperanza, para un nuevo comienzo.


Por: Juan Camilo Rodriguez .·.

jueves, 5 de enero de 2017

Caminando sin Destino...




Puertas, una tras otra, se cierran en mi destino, como si el universo mismo estuviera intentando ocultar el camino que me corresponde. Huyo, pero no es una huida por miedo, es más bien un escape hacia esos ecos delirantes que me llaman, que resuenan en lo más profundo de mi ser, uniendo mi desasosiego con la cruda realidad de mis pasos. No quiero escuchar más las huellas que han marcado mi vida, esas que, al final, solo forman parte de un sendero que, aunque transitado, aún está lejos de ser comprendido.

Siento que me desgarro por dentro, pero no quiero herir con el silencio, ni dejar que mis sueños se apaguen sin antes luchar por ellos. Me resisto a caer en las simples resignaciones que las apariencias nos imponen, esas que nos obligan a sonreír mientras por dentro nos desvanecemos. Es en esos momentos cuando los colores del sentir se pierden, se diluyen en un gris monótono que no deja espacio para la verdadera esencia de lo que somos.

Hay un fuego que arde en mí, aunque a veces su luz es tenue, casi imperceptible. Pero está ahí, recordándome que, aunque las puertas se cierren, aunque los caminos se oscurezcan, siempre hay una chispa de vida que no puede ser apagada. Me niego a aceptar que mi destino esté escrito en piedra; prefiero pensar que cada paso que doy, cada decisión que tomo, es una pincelada en el lienzo de mi existencia, una oportunidad de recuperar esos colores perdidos.

No quiero conformarme con un destino que no sea el mío. No quiero que las huellas del pasado sean la única marca que deje en este mundo. Quiero sentir, soñar, crear, aunque eso signifique enfrentarme a puertas cerradas, a caminos oscuros, a un destino incierto. Porque al final, lo único que realmente importa es que, en medio de ese caos, en medio de esas puertas que intentan detenerme, yo sigo adelante. Con mis colores, con mis sueños, con la certeza de que, aunque el camino sea difícil, cada paso que doy me acerca un poco más a la verdadera esencia de lo que soy.

Por: Juan Camilo Rodriguez .·.

Pasos de soledad....




En este silencio que me envuelve, me encuentro esperando cautivamente, como si la vida, en su juego interminable, me estuviera mostrando un horizonte que se desvanece y reaparece lentamente, como la mano del escultor que talla en la madera solo lo que su mente ha decidido plasmar. Los sonidos a mi alrededor se vuelven lejanos, las compañías que antes parecían eternas ahora son sombras que se desvanecen en la distancia. Y yo, atrapado en este laberinto de emociones, me esfuerzo por seguir adelante, por entender que el mundo ya está escrito, que solo me queda seguir la rueda del destino.

Es extraño cómo, al mirar a mi alrededor, los ojos solitarios que me observan parecen haber perdido el deseo de ver más allá. Las compañías que alguna vez fueron mi fuerza, mi motivo para crecer, ahora son recuerdos solitarios que habitan en un rincón oscuro de mi corazón. En este túnel que se ha abierto ante mí, no hay marcha atrás. Los dibujos que alguna vez formaron mi vida han cambiado para siempre, y por más que intente, no puedo reconstruir con mis manos lo que hoy yace en cenizas, reposando en la fría soledad de mi interior.

Las palabras, que antes fluían como un río caudaloso, ahora se hunden en las profundidades de mi ser, como si mi corazón estuviera anclado en un océano de silencio. Es como si la soledad, con su abrazo helado, hubiera gritado mi nombre y envuelto mis sentimientos, apagando cualquier chispa de esperanza. Pero incluso en este frío que quema, en esta soledad que calcina, veo las huellas que el destino ha dejado a mi paso. Huellas que, aunque pesadas, deben seguir encajando, cumpliendo con los designios que la vida ha trazado para mí.

A veces, me pregunto si hay forma de romper este ciclo, de escapar de este destino que parece tan ineludible. Pero, al final, me doy cuenta de que todo lo que puedo hacer es seguir caminando, seguir tallando mi propio camino en la madera de la vida, aunque los dibujos cambien, aunque las compañías se desvanecen. Porque, aunque el destino ya esté escrito, aún me queda la fuerza de continuar, de avanzar hacia un horizonte que, aunque incierto, es mío para descubrir.


Por: Juan Camilo Rodriguez

Volviendo en Mi....


Días enteros han pasado, uno tras otro, como un susurro constante en el viento, antes de que volviera a escribir. Días en los que intentaba descifrarme, como si las respuestas estuvieran ocultas en algún rincón de mi ser que aún no he explorado. A veces, la vida se vuelve una danza de evasiones, donde cada paso nos aleja un poco más de lo que realmente nos alimenta. Es curioso, ¿no? Cómo podemos pasar tanto tiempo buscando lejos lo que siempre ha estado dentro de nosotros, esperando a ser redescubierto.

Hoy, desde la lejanía, una luz suave se ha filtrado entre las sombras de mis pensamientos, como un rayo de sol que se cuela por una ventana olvidada. Esa luz no es más que un recuerdo, un anhelo que creía perdido, escapando de mi conciencia como un suspiro en la noche. Pero ha regresado, trayendo consigo no solo palabras, sino vivencias, momentos que parecían haber quedado atrás, enterrados bajo capas de rutina y olvido.

A veces pienso que los sentimientos no siempre nacen de lo profundo, sino de pequeños instantes, de chispazos de realidad que nos golpean cuando menos lo esperamos. Y es entonces cuando comprendemos que el mensaje de la vida no está en el silencio que buscamos, sino en esas mariposas que se agitan dentro, en esos sentimientos que, con forma etérea, intentan salir, volar libres, buscar un espacio en el mundo exterior.

Tal vez estas palabras, que ahora fluyen desde lo más hondo, sean como esas mariposas. Tal vez su vuelo no sea en vano. Porque, al final, todo regresa a su origen, a ese eco de vida que se manifiesta en las formas más inesperadas. Hoy, después de tanto tiempo, siento que realmente estoy comenzando a regresar a mí mismo, a encontrar de nuevo el camino que creía haber perdido.

Es en estos momentos de claridad cuando entiendo que, aunque el viaje haya sido largo y confuso, cada paso me ha traído de vuelta a lo esencial, a lo que realmente importa. Y ahora, con las mariposas de mis sentimientos volando libres, sé que cada palabra que escribo es un reflejo de ese retorno, de ese renacer que siempre ha estado ahí, esperando a que lo reconozca.

Por: Juan Camilo Rodriguez .·.

En el campo de fresas....




Un día, en medio de la inmensidad de la selva, una pequeña ranita, con su viejo violín en mano, decidió buscar un rincón donde su música pudiera fundirse con el susurro del río. Se acercó a una gran piedra, al borde del agua, y ahí, bajo el cielo teñido de tonos cálidos por el atardecer, comenzó a tocar. Las notas de su violín se elevaron, suaves, acariciando el aire, llegando hasta un grupo de leones que descansaba cerca. Los grandes felinos, normalmente imperturbables, quedaron perplejos ante aquella melodía. Dejaron que la música envolviera el ocaso, que suavemente arrullara el final del día.

Pero el tiempo, con su marcha implacable, trajo consigo a un viejo león, sordo, cansado. Sin prestar atención a las notas que aún flotaban en el aire, se comió a la ranita, al violín y a todo lo que su música representaba... Sin más, sin pensar, sin sentir.

Cuántas veces en la vida somos como ese viejo león. Caminamos por el mundo sordos al sonido del amor, incapaces de escuchar las melodías que podrían cambiarlo todo. A veces, esas melodías llegan a nosotros, pero solo escuchamos versiones distorsionadas, opacas, de lo que realmente son, porque el miedo, la incredulidad o simplemente la apatía nos impiden abrir nuestros corazones. Y lo peor es que, a veces, destruimos lo que podría haber sido hermoso, simplemente porque no supimos apreciarlo.

Alguien me dijo una vez que el amor es como un campo de fresas. Un lugar donde siempre encontrarás fresas rojas y dulces, pero también verdes e insípidas. Sin embargo, a pesar de todo, siempre te dejarás seducir por ellas. Es fácil vivir con los ojos cerrados, caminar por ese campo sin realmente ver, sin oler, sin sentir. Es fácil cerrar nuestros oídos a la música que podría encender la chispa de algo grande, algo profundo. Pero, ¿qué sucede cuando lo hacemos? Nos perdemos de la melodía, del aroma, de la experiencia completa.

Ahora te pregunto, ¿en qué se parece el amor a un gran campo de fresas? Tal vez en su capacidad de seducirnos con su promesa, en la variedad de experiencias que nos ofrece, en la mezcla de lo dulce y lo amargo. O quizá en la manera en que, a pesar de todo, siempre regresamos a él, buscando una nueva fresa, una nueva melodía, una nueva oportunidad de sentir. Porque al final, vivir con los ojos cerrados puede ser fácil, pero no nos lleva a ningún lugar donde valga la pena estar. Y cerrar los oídos al amor... bueno, eso es simplemente perder la música que podría haber sido la banda sonora de nuestras vidas.


Por: Juan Camilo Rodriguez