El Pacto del Sacrificio: Esclavitud, Sangre y la Ilusión del Libre Albedrío
Desde tiempos inmemoriales, la historia de la humanidad ha sido una crónica de sacrificios. Civilizaciones enteras han alzado sus imperios sobre la sangre de sus súbditos, convencidas de que la ofrenda de vidas era necesaria para obtener poder, favor divino o estabilidad. Pero detrás de cada sacrificio, se esconde un pacto—uno que nos mantiene atrapados en una rueda interminable de control, sometimiento y falsa evolución.
Sin embargo, este sacrificio no ha sido solo físico. La esclavitud ha cambiado de forma, transformándose en la esclavitud mental, emocional y espiritual. Hoy, el sacrificio sigue existiendo, solo que es más sutil, más sofisticado, más aceptado.
Pero antes de entender cómo romper el ciclo, hay que comprender cómo comenzó.
Las Civilizaciones del Sacrificio: La Sangre Como Moneda del Poder
Desde los sumerios hasta las pandemias modernas, el sacrificio ha sido una constante. A veces, se ha hecho en nombre de los dioses, otras en nombre de la civilización, la ciencia o la estabilidad social.
1. Los Sumerios y los Sacrificios de Servidumbre
La primera gran civilización humana, la sumeria, ya practicaba sacrificios. En las tumbas de la ciudad de Ur, se encontraron esqueletos de sirvientes que fueron enterrados vivos junto a sus amos. Creían que los muertos debían llevar consigo sirvientes al inframundo. El sacrificio no solo mantenía el orden religioso, sino también el dominio de las élites sobre el pueblo.
2. Egipto: Sangre para el Más Allá
Los egipcios realizaban sacrificios humanos en los primeros períodos de su civilización. Los faraones eran enterrados con sus sirvientes, soldados y concubinas para que los acompañaran en el más allá. Aunque con el tiempo estos sacrificios fueron sustituidos por figurillas de madera llamadas “ushabtis”, el principio seguía siendo el mismo: la sangre era la llave al poder y la eternidad.
3. Los Mayas: Corazones Como Ofrenda Cósmica
Los mayas, con su impresionante conocimiento astronómico y matemático, también practicaban sacrificios humanos. Los sacerdotes arrancaban corazones palpitantes en la cima de las pirámides para alimentar a los dioses y garantizar el orden cósmico. Creían que el derramamiento de sangre aseguraba el equilibrio del universo. Sin embargo, su civilización colapsó, víctima de sequías, guerras y el mismo sistema que los elevó.
4. Los Aztecas y la Máquina del Sacrificio
Si los mayas sacrificaban cientos, los aztecas sacrificaban miles. Durante la consagración del Templo Mayor en Tenochtitlán en 1487, se dice que 80,000 prisioneros fueron sacrificados en cuatro días. Para los aztecas, la guerra no solo tenía un propósito territorial, sino también religioso: los enemigos capturados eran ofrendas vivas para los dioses. Pero su pacto con lo divino no los salvó del colapso.
5. Cartago y el Sacrificio de Niños a Baal
Los cartagineses sacrificaban bebés en honor a Baal Hammon, su deidad suprema. Miles de restos de infantes han sido encontrados en el Tophet de Cartago, donde los padres entregaban a sus propios hijos en una ceremonia de fuego. Creían que esto les otorgaba prosperidad. Sin embargo, Roma los destruyó y sembró sal en sus tierras para erradicar su legado.
6. Roma y los Espectáculos de Sangre
Roma no sacrificaba en altares, pero convirtió la muerte en entretenimiento. Los gladiadores, los prisioneros de guerra y los cristianos eran ejecutados en coliseos ante multitudes que clamaban por más sangre. El sacrificio se volvió un espectáculo, una distracción para que el pueblo no viera la corrupción del Imperio.
7. Los Celtas y el Hombre de Mimbre
Los druidas celtas practicaban sacrificios rituales. Se han encontrado cuerpos de hombres y mujeres en pantanos europeos, preservados durante siglos, que muestran señales de haber sido sacrificados. En la tradición de “El Hombre de Mimbre”, se colocaban prisioneros dentro de una gigantesca figura de madera, que luego era incendiada como ofrenda a los dioses.
8. El Cristianismo y las Cruzadas: Sacrificio en Nombre de Dios
El cristianismo nació con un sacrificio: Jesucristo crucificado. Sin embargo, esta religión que predicaba paz y amor se convirtió en una máquina de guerra y muerte durante las Cruzadas. Los ejércitos cristianos masacraron ciudades enteras en Tierra Santa con el pretexto de recuperar el sepulcro de Cristo.
9. El Holocausto y la Matanza Sistemática
El nazismo transformó el sacrificio en una industria de exterminio. Seis millones de judíos fueron asesinados en campos de concentración en un intento de “purificación racial”. La sangre de millones alimentó el sueño de un nuevo orden, pero en su lugar trajo la ruina de Alemania.
10. Guerras Modernas y Sacrificios por el Progreso
Las guerras del siglo XX fueron sacrificios a gran escala. Millones murieron en trincheras, bombardeos y exterminios. Hiroshima y Nagasaki fueron sacrificios nucleares que marcaron una nueva era de dominación global.
11. El COVID-19 y el Sacrificio Silencioso
El sacrificio de la era moderna ya no requiere templos ni cuchillos de obsidiana. Se hace en hospitales, en laboratorios, en crisis que remodelan el orden mundial. No solo murieron cuerpos, sino libertades, derechos y conexiones humanas.
La Esclavitud Espiritual: El Verdadero Pacto
El sacrificio ha cambiado de forma, pero no ha desaparecido. Seguimos atrapados en la rueda, convencidos de que cada crisis nos traerá libertad.
Pero la verdadera esclavitud no es la física ni la política. Es la del alma.
Nuestra conciencia ha sido secuestrada por un sistema que nos ha desconectado del planeta, de los elementales, de la energía que nos rodea. Nos hicieron olvidar que somos fragmentos del Creador, almas en un viaje de reencarnaciones para aprender y evolucionar.
Pero cada vez que caemos en el miedo, en el sacrificio, en la sumisión, perpetuamos el ciclo. Nos convertimos en esclavos de una Matrix que nos mantiene corriendo en la rueda.
El Arca de Noé y la Luna: ¿De Dónde Venimos?
El relato de Noé habla de un diluvio y un arca. Pero, ¿y si el arca no fue un barco, sino la Luna?
Algunas tradiciones sugieren que nuestra especie fue creada como esclava y que la Luna es una estructura artificial, un arca que trajo a la Tierra una nueva raza diseñada para servir. Nos hicieron olvidar nuestros orígenes, nos implantaron la idea del sacrificio como algo sagrado y nos convirtieron en prisioneros de un ciclo de muerte y renacimiento.
El Último Pacto: Rompiendo la Rueda
No necesitamos más sacrificios. No necesitamos más sangre. La única forma de romper el pacto es dejar de alimentar el sistema.
No más guerras.
No más miedo.
No más energía entregada a un ciclo que no nos pertenece.
Es tiempo de recordar. Es tiempo de despertar. Es tiempo de dejar de correr en la rueda y empezar a caminar hacia la verdadera libertad.
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