El maestro tiempo nos pregunta ¿Qué es la muerte?
Tal vez no sea un final, sino el simple cambio de salón de clases.
Muchos esperan, con fe, una existencia única; otros descubrimos que vivimos múltiples vidas, pasando de un aula a otra: nuevas vivencias, experiencias, personas y realidades. Creo que todas ellas son generadas por el destino que elegimos antes de llegar aquí.
Los libros nos hablan del cambio de plano; las tradiciones, de juicios y purgas para limpiar las culpas; los filósofos, de existencialismos que nos invitan a despertar en el camino. No se trata de terminar la clase sin haber hecho la tarea: cada encarnación es una oportunidad de avanzar en el aprendizaje.
Somos ovejas en un corral, guiadas por pastores que, paradójicamente, nos permiten elegir la esclavitud de nuestra propia jaula. Reencarnaremos tantas veces como sea necesario, redefiniendo, quizá, lo que entendemos por libertad.
No existe un salón perfecto sin aprendizaje, pues es solo el interactuar de las almas —como neuronas en un mismo cerebro universal— lo que nos lleva a la evolución de nuestro Dios interior, heredado de la gran Conciencia del Arquitecto que nos creó para ser eternos estudiantes… hasta graduarnos como dioses.
Vivimos pequeñas muertes cada día que termina, pero solo tomamos verdadera conciencia de ello cuando sabemos que ya no tendremos oportunidad de volver a vivirlo.
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