miércoles, 26 de junio de 2024

Anudados a la pasión....

 



En la penumbra, dos cuerpos se encuentran, un nudo de pasión que crece y late, manos que exploran, piel que se estremece, un mar de deseos que nada detiene.

Susurros entrelazados como sus almas, labios que buscan, besos que arden, la noche es testigo de su entrega, donde la piel se vuelve lenguaje.

Miradas profundas, fuego en sus ojos, el ritmo lento, luego desbocado, un vaivén de caderas, un eco de jadeos, el cuarto se llena de su lujuria.

Desnudos, sin más barreras que sus pieles, el sudor se mezcla, el calor aumenta, cuerpos enredados, danza de pasiones, un nudo que aprieta, que nunca cede.

Caricias que hablan de antiguos deseos, suspiros que cuentan historias sin palabras, en cada roce, la promesa del éxtasis, un juego sensual que los envuelve.

El mundo afuera deja de existir, solo queda el latido de sus cuerpos, unidos en un nudo de deseo, perdiéndose en el otro, sin temor.

El clímax se acerca, inevitable, como olas que rompen en la orilla, los cuerpos se tensan, el placer los domina, gritos ahogados, el éxtasis compartido.

Finalmente, el nudo comienza a soltarse, cuerpos agotados, pieles brillantes, se desenredan, pero aún se buscan, en la calma que sigue al deseo.

Se miran, aún jadeantes, el amor y la lujuria entrelazados, dos cuerpos que se encontraron en la noche, sensuales, se desenredan, satisfechos

Por Juan Camilo Rodríguez


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