En la noche, tus ojos son mi guía,
tus labios, hechizos que envuelven mi ser,
y en cada caricia, mi piel desafía,
el límite
entre el placer y el querer.
Tus manos, magos que con arte me exploran,
despiertan en mí un fuego ancestral,
y en este encantamiento, nuestras almas lloran,
de gozo, en un amor sin final.
Por Juan Camilo Rodríguez⁂
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