El viento susurra tu nombre en mi oído,
tus caricias, promesas de un edén escondido,
y en cada suspiro, mi ser encendido,
se entrega a tus manos, en un deseo prohibido.
Tus besos, tormentas que arrasan mi calma, tus manos,
huracanes que desatan mi ser, y en esta pasión que no encuentra el alma,
nos fundimos en un único amanecer.
Por Juan Camilo Rodríguez⁂
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