En la penumbra de la noche, tus ojos, faro de
deseo, me guían sin prisa, mientras tus labios, cómplices de fuego, dibujan
senderos en mi piel con brisa.
Navego las olas de tus curvas, dejando en pasión mi barco fluir hasta el final.
Tus manos, diosas del arte y el misterio,
exploran territorios aún sin nombre, despiertan en mi santuario, y te
conviertes en mi diosa y mujer.
Cierro los ojos, me dejo llevar, por tus
caricias, por tu devoción, mientras el mundo fuera deja de girar, y sólo
existimos en esta canción.
En la danza de nuestros cuerpos, latidos, tus
susurros se vuelven mi anhelo, uniendo almas en un solo gemido, fundiéndonos en
un sublime cielo.
Cada beso tuyo, promesa ardiente, cada roce,
un pacto de placer, y en este instante, eternamente, somos uno, en nuestro
amanecer.
Tus palabras en mi oído susurrando gemidos me dejan ver en mi piel erizada el destino a la tormenta que lentamente derraman nuestros besos en el sentido del no sentido.....
Por Juan Camilo Rodriguez⁂