Energía Sexual Creadora: Un Viaje a través de los Chakras y la Sabiduría Ancestral….
En maya: "In lak'ech, hala ken" - "Soy otro tú, tú eres otro yo"
El ser humano es un complejo entramado de energías y potenciales latentes, y en el corazón de este sistema energético se encuentran los chakras. Estas puertas invisibles canalizan nuestra vitalidad y espiritualidad, cada una con su propio propósito y vibración única. Cuando nos conectamos profundamente con estos centros, podemos no solo sanar, sino también evolucionar hacia una versión más plena de nosotros mismos.
El primer chakra, Muladhara, ubicado en la base de la columna, es nuestra raíz. Este centro nos conecta con la tierra, con la sensación de seguridad y estabilidad. Aquí reside el "yo tengo". Es la base de nuestra existencia física y material. Siento que cuando estamos alineados con Muladhara, nuestra energía sexual se vuelve una fuerza primordial que nos ancla y nutre, proporcionándonos el suelo fértil necesario para crecer.
Subiendo un poco más, encontramos Swadishthana, el segundo chakra, localizado en la región sacra. Este es el centro del "yo deseo". Aquí habita nuestra creatividad y nuestras pasiones. Es un caldero de energía sexual creadora, donde los deseos se transforman en acciones y obras de arte. La energía que fluye a través de Swadishthana nos impulsa a explorar y a experimentar, a encontrar placer y a conectarnos con otros a un nivel íntimo y profundo.
El tercer chakra, Manipura, se encuentra en el plexo solar. Representa el "yo puedo". Este centro es el motor de nuestra voluntad y poder personal. La energía sexual aquí se transmuta en ambición y determinación. Sentimos un fuego interno que nos empuja a lograr nuestras metas y a superar los obstáculos. Es el lugar donde la pasión se convierte en propósito y acción decidida.
Anahata, el cuarto chakra, está ubicado en el corazón. Es el centro del "yo amo". Este chakra es el puente entre los chakras inferiores y superiores, conectando lo terrenal con lo espiritual. Aquí, la energía sexual se eleva y se refina, transformándose en amor incondicional y compasión. Cuando Anahata está en equilibrio, sentimos una profunda conexión con nosotros mismos y con los demás, irradiando amor y empatía.
El quinto chakra, Vishuda, en la garganta, es el centro del "yo hablo". Es el canal de nuestra comunicación y verdad. La energía sexual aquí se manifiesta en nuestra capacidad de expresar nuestros deseos y sentimientos más profundos. Es a través de Vishuda que podemos comunicar nuestro ser auténtico al mundo, sin miedo y con claridad.
Finalmente, Sahasrara, el séptimo chakra, en la coronilla, es el "yo soy". Es la conexión con lo divino, con el universo y con nuestra esencia espiritual. La energía sexual, al llegar a Sahasrara, se sublima en pura conciencia y conexión universal. Es el lugar donde experimentamos la unidad con todo lo que existe.
Estos chakras, cuando están en equilibrio, nos permiten vivir una vida plena y consciente. Cada uno de ellos no solo es una herramienta evolutiva, sino también un camino hacia la integración de nuestra energía sexual con todos los aspectos de nuestro ser. Al comprender y trabajar con estos centros, podemos transformar nuestra vida y alcanzar nuestro máximo potencial.
Sabiduría Ancestral
Los mayas, una civilización que entendía profundamente la interconexión del cuerpo y el espíritu, definieron que nuestro cuerpo se conforma por tres triángulos energéticos. En los chakras, estas formas geométricas se integran a la energía creadora. Según los mayas, el triángulo de la mente es el espacio donde definimos nuestros pensamientos, comprendemos quiénes somos y racionalizamos nuestros procesos materiales y pasos de vida. Esta idea resuena con el concepto egipcio del 'Ka', el doble espiritual del ser humano, que se desarrolla y fortalece a través del pensamiento consciente y la meditación.
Luego está el triángulo del corazón. Aquí sentimos, damos y recibimos la energía del amor, creando el sentir que conecta con la esencia del 'Ba', el alma egipcia que busca la alegría y la armonía. Es similar al 'Anima' celta, que se ve como la fuerza vital que nos conecta con todos los seres vivos, una red de amor y compasión que fluye a través del corazón.
Finalmente, el triángulo creador, donde habita el alma unida por el cordón dorado, es según los mayas el lugar donde reside la energía que nos dio el creador para crear la vida. Aquí se encuentra el 'Akh' egipcio, el espíritu inmortal que trasciende y se une con lo divino. Los celtas, con su fuerte conexión con la naturaleza y la magia, entendían esta energía como 'Nwyfre', la fuerza vital que fluye a través de todos los seres y elementos, permitiendo la creación y la transformación.
Orgasmos Creadores
Los mayas hablaban de orgasmos creadores no solo vinculando la sexualidad con el orgasmo en pareja, sino con la masturbación como el encuentro con nuestra creación. Decían que al eyacular debemos enviar un propósito al universo. "Los orgasmos buscan universo", solían decir, y siempre se preguntaban: "¿Qué propósitos tienen nuestros orgasmos creadores?"
En la actualidad, nuestra mente se ha dedicado a racionalizar nuestra energía y magia, dejando nuestros pensamientos atrapados en círculos viciosos, impidiendo el avance y la creación más allá del pensar. Nuestro corazón, envuelto en corazas para evitar ser lastimado, se refugia en heridas que no lo dejan sentir. Y nuestra energía creadora... hemos abandonado el verdadero potencial del orgasmo en la monotonía de existir, llenos de heridas de parejas que rasguñaron nuestra sexualidad, olvidando cómo respirar como dragones para potenciar nuestra energía y llegar más lejos en el universo. Hemos dejado de crear para solo eyacular tristezas y dolores no sanados, sepultando nuestro ser.
En egipcio antiguo: "Ankh, wedja, seneb" - "Vida, prosperidad, salud"
Al comprender y trabajar con estos centros energéticos, podemos no solo sanar nuestras heridas, sino también despertar nuestra verdadera esencia. Es un viaje hacia el equilibrio, donde mente, corazón y creación se unifican para trascender. En cada respiración, en cada pensamiento y en cada latido, llevamos la potencialidad de crear un nuevo universo, de transformar nuestro ser y de encontrar la plenitud en esta existencia.
Al profundizar en la comprensión de nuestros chakras y la sabiduría ancestral que rodea estos centros de energía, es crucial reconocer la importancia del amor propio en el proceso de descubrir los orgasmos creadores. El amor propio es la base sobre la cual construimos una relación saludable y poderosa con nuestra energía sexual.
El amor propio comienza en el corazón, en Anahata. Cuando nos amamos a nosotros mismos, irradiamos una energía que transforma nuestra percepción de la sexualidad. Nos permitimos experimentar el placer no solo como un acto físico, sino como una expresión profunda de nuestra conexión con el universo. Este amor incondicional hacia uno mismo refina nuestra energía sexual, elevándola desde los deseos básicos hasta el propósito divino.
En el triángulo creador, donde la energía del alma se une al cordón dorado, el amor propio actúa como un catalizador. Al amarnos, podemos enviar intenciones claras y poderosas al universo durante nuestros momentos más íntimos. Los mayas enseñaban que los orgasmos creadores, cuando se acompañan de amor propio y propósito, tienen el poder de manifestar realidades. Nos invitaron a preguntarnos: "¿Qué propósitos tienen nuestros orgasmos creadores?"
"Ñoqapis munaniraq kani" - "Yo también me amo a mí mismo."
Al integrar el amor propio, cada orgasmo se convierte en una ofrenda sagrada, una explosión de energía que no solo busca placer, sino también transformación y creación. Este enfoque nos recuerda que nuestros cuerpos son templos y que la energía sexual, cuando se maneja con amor y conciencia, puede ser una fuerza que no solo sana, sino que también construye un nuevo universo desde dentro de nosotros mismos.
El amor propio sera el pilar que sostiene y guía la energía sexual creativa. Es la chispa que enciende el fuego del propósito, permitiéndonos trascender y crear con cada latido, con cada respiración, y con cada momento de conexión íntima con nosotros mismos.
En celta: "Is mise an tine atá ionat" - "Yo soy el fuego que arde en ti"
Juan Camilo Rodriguez Garcia .·.
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