domingo, 18 de agosto de 2024

"El Arte de Soltar: Perdón y Despedida en el Fin de un Amor

 




Perdón, esa palabra que parece tan simple, tan ligera al pronunciarse, pero que lleva consigo el peso de mil emociones atrapadas en el fondo de mi pecho. Te pido perdón por no haber sido suficiente, por no haber sabido cómo sujetar los fragmentos de lo que éramos, y por dejar que se desmoronaran en silencio, gota a gota, como un río que se seca lentamente bajo el sol.

A veces, me pregunto si en algún momento fui capaz de hacerte realmente feliz, si logré iluminar tus días como tú lo hacías con los míos. Y si no fue así, si alguna vez te lastimé, te pido perdón, porque nunca fue mi intención. Lo que más me duele es pensar que quizás, sin darme cuenta, fui yo quien apagó esa luz en tus ojos, quien dejó caer el telón sobre nuestra historia.

Es irónico cómo el amor, ese sentimiento que prometía ser eterno, se deshace entre los dedos cuando intentas aferrarte a él. Y aunque intenté mantener unidos los pedazos, no pude evitar que se desmoronaran. Ahora, cada fotografía, cada recuerdo, es un puñal que se clava en el pecho, recordándome lo que pudo ser y ya no será. Duele ver el pasado de un amor que alguna vez fue incondicional e imperfecto, pero que también fue real, tan real que su ausencia pesa como una losa sobre mi corazón.

Sé que continuaré lastimándote si sigo aferrándome a esta ilusión. Y aunque todo en mí clama por no dejarte ir, sé que debo hacerlo. No por mí, sino por ti. Porque te mereces ser feliz, incluso si eso significa alejarme para siempre. Sé que el amor y el dolor son dos caras de la misma moneda, y ahora me toca soltar, soltar para que puedas ser feliz, para que ambos podamos encontrar una paz que en algún momento perdimos.

Perdóname, porque no tuvimos nuestro final feliz. Perdóname por no haber sido capaz de darte el amor que merecías. Y aunque mi corazón sigue desgarrado, y cada día que pasa siento que me desenamoro un poco más, quiero que sepas que siempre estarás en mi memoria, como un amor que fue, que dolió, pero que también me enseñó a soltar.

Así que, con el dolor en el pecho y la gratitud en el alma, te dejo ir. Ojalá encuentres la felicidad que yo no pude darte.

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