Sorteando Presente.....
Ensordecido por el rugido de mis propios pensamientos, desde lo más profundo de mi ser, intento abrirme paso en este camino oscuro y sinuoso que llamamos destino. A veces me pregunto, ¿por qué estoy aquí? ¿Qué me trajo de regreso a este punto? ¿Acaso el miedo no me cubre como un manto pesado, no me nubla la visión del mañana? Es fascinante pensar que incluso del suelo más contaminado puede surgir la vida, una pequeña planta verde que desafía toda probabilidad.
Si me escondiera en el presente, dejando de buscar excusas para ausentarme de la realidad, ¿dónde habitaría? ¿En los recovecos de mi mente o en los motivos que me impulsan a vivir? Dame una sola razón, una circunstancia para ocultar mi verdadero ser. No la encontrarás, y aun así, aquí estoy, desafiando la lógica, esperando que algo cambie.
La paciencia es una virtud, dicen, y yo estoy lleno de ella, esperando el momento perfecto sin un reloj que me atormente con su tic-tac constante. Confío en mi intuición, esa brújula interna que me guía en este viaje de la vida. El mercado está abierto, y yo aguardo mi turno para comprar mi destino. ¿Cuánto durará mi oferta? ¿Será suficiente para triunfar o simplemente desvanecerme en un suspiro de derrota?
Sigo esperando, con la esperanza incierta de tener éxito. Pero, ¿qué me entusiasma más? ¿Ganar contra los buitres que me rodean o llevar mi presa a la seguridad de mi árbol? Podría embarcarme en cualquier aventura, pero el destino ya me ha comprado un solo boleto para este viaje. Aun así, la pregunta persiste: ¿esperaré pacientemente o intentaré regresar?
La vida es una apuesta constante, una lotería donde no siempre ganan los mejores números. Pero lo importante es sorprendernos con el resultado. Incluso si apostamos por un sonriente murciélago, debemos sonreír al recibir nuestro premio. La soledad, esa vieja compañera, llegará antes de que nos demos cuenta, incluso si estamos rodeados de amigos. No esperes con las maletas listas; él no vendrá. Aprende a llegar con ellas, a abrazar la incertidumbre.
Una pregunta más, un olvido más, y el sorteo de la vida estará completo. Al final, el resultado no es el destino, simplemente es el tiempo pasando, y la vida sigue... en un ciclo interminable de esperanza y desesperación, de sueños y realidades.
Por: Juan Camilo Rodriguez .·.
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